Desestimada la demanda contra las bodegas de California por el elevado contenido de arsénico en sus vinos

El Tribunal Supremo de la Corte de California ha desestimado la demanda interpuesta hace un año contra las bodegas por el elevado contenido de arsénico en los vinos que producen. El tribunal considera que no se pueden aplicar los valores máximos de arsénico en el agua al vino, dando en cierto modo la razón a los argumentos expuestos por el sector del vino, como por ejemplo que se consume más cantidad de agua que de vino.

Vinos californianos

Hoy podemos saber que finalmente, el Tribunal Supremo de la Corte de California ha desestimado la demanda presentada hace un año contra las bodegas de este Estado de Estados Unidos, por el elevado contenido de arsénico en los vinos que producen. Uno de los argumentos de la demanda era que se estaban violado las leyes de etiquetado de California por no revelar la presencia de arsénico en los vinos que se comercializan, según se especifica en una serie de normas enmarcadas en la Propuesta 65 titulada ‘El Agua Potable Segura y cumplimiento del Acta de 1986’.

El objetivo de estas normas es proteger las fuentes de agua potable de las sustancias tóxicas que pueden causar cáncer y defectos de nacimiento, así como reducir o eliminar la presencia en el agua de diferentes productos químicos. Como podemos comprobar, se habla de la protección del agua, de ahí que los productores de vino no reconocieran su validez. Por otro lado, el Instituto del Vino y algunas asociaciones de enólogos explican que la industria del vino ya proporciona las oportunas advertencias a través de las tiendas minoristas, esta es una información confirmada, pero para muchos no es suficiente, considerando que todas las bebidas deben cumplir la normativa aplicada al agua.

Según la legislación californiana, las empresas deben advertir a los consumidores cuando sus productos contienen un elemento químico que puede provocar problemas de salud a largo plazo, como es el caso del arsénico, por otro lado, el máximo tolerable de este elemento en California es el mismo que establece la EPA (Agencia de Protección Ambiental) a nivel nacional.

En el mes de marzo del año pasado hablábamos de una demanda colectiva puesta en California contra algunos de los principales productores vinícolas de este Estado por el elevado contenido en arsénico de los vinos que producían. En las muestras que se analizaron se detectó hasta cinco veces la cantidad máxima de arsénico que permite la Agencia de Protección Ambiental del país. El máximo establecido es de 0.010 ppm (partes por millón) por litro de agua, en muchas muestras de vino se detectó que el arsénico alcanzaba un valor de hasta 50 ppm, nivel elevado que según los demandantes encerraba enormes riesgos para la salud por su consumo a largo plazo.

Como decíamos, en la demanda se tomó como referencia el contenido de arsénico en el agua potable, por lo que se consideró que la misma regla se debería aplicar a otras bebidas como por ejemplo el vino. Las empresas que se dedican a la elaboración de vino, y concretamente The Wine Group, el tercer mayor productor de vino del mundo con sede en California, comentó que no sería exacto o responsable aplicar la normativa estándar del agua al vino, ya que el vino no se bebe como el agua. Las empresas del mundo del vino advirtieron que se estaba llevando a cabo una campaña de publicidad irresponsable que podría hacer creer a los consumidores que el vino no es seguro.

Posteriormente, el pasado mes de septiembre se llevó a cabo un estudio por expertos de la Universidad de Washington en el que se analizó el contenido de arsénico de 65 muestras de vino procedente de los cuatro principales Estados productores de vino de Estados Unidos, Nueva York, Washington, Oregón y California. Se encontró que el contenido en arsénico de las muestras variaba entre 0.010 ppm (máximo permitido) y 0.076 ppm, siendo la media del total de muestras de 0.024 partes por millón. Esto demostraba que la mayoría de vinos que se producían en el país tenían un elevado contenido en arsénico, algo que no ocurre con los vinos europeos posiblemente por razones geológicas, de todo ello hablábamos aquí.

Vino con arsénico

Las bodegas comentan que el bienestar de sus clientes ha sido siempre su principal prioridad, y así se demuestra en la sentencia, el tribunal ha confirmado que las reivindicaciones de ‘falta de advertencia de niveles de trazas de arsénico en el vino‘ de la demanda no tienen ningún valor jurídico, siendo los argumentos absurdos y considerando que la cantidad de arsénico que contiene el vino no representa un riesgo para la salud de los consumidores.

Para muchos, decir que no es exacto o responsable aplicar la normativa estándar del agua en el vino porque se bebe más agua que vino, es un argumento inconsistente, ya que no importa el tipo de líquido o alimento, no se debe condicionar el nivel de arsénico al patrón de consumo. Por otro lado, existe la posibilidad de que algún consumidor pueda beber de forma habitual más vino que agua. La industria del vino en California también argumentó que el contenido en arsénico del vino estadounidense es la mitad del contenido máximo permitido de este elemento para el vino canadiense, que se establece en 0.100 ppm. Esto no tiene justificación, si se rigen por la legislación estadounidense no tiene sentido justificarse con la legislación de otro país.

Merece la pena recordar que la recomendación a nivel mundial que proporciona la Organización Mundial de la Salud, es un máximo de 0,01 ppm, esta norma debería aplicarse en todo el mundo y en todos los productos, pero esto es algo que no interesa a diferentes sectores de la industria de las bebidas y la alimentación.

En definitiva, la justicia ampara a la industria enológica y permite que los vinos contengan valores elevados de arsénico, pero esto no va a acabar aquí, los demandantes tienen el compromiso de seguir luchando, sobre todo sabiendo que ninguna bodega ha negado que sus vinos contienen un elevado nivel de arsénico inorgánico. Es de suponer que los abogados de los demandantes trabajarán en alguna estrategia legislativa para intentar proteger el derecho y la salud de los consumidores. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo de Wine Spectator.

Foto 1 | Simon Cocks
Foto 2 | Sarah Ackerman

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