Las salsas: Salsas a base de lácteos

salsas_producto_lacteo.jpg

De los derivados lácteos podemos hacer un gran uso en la elaboración de salsas, de hecho juegan un papel muy importante en muchas de las salsas más tradicionales, como la salsa holandesa, la bearnesa, la salsa bechamel, la salsa tártara, etc.

La mantequilla es el producto más habitual, dependiendo de su calidad dará mejor resultado y proporcionará un sabor suave, una textura cremosa y más brillo. También ayuda a que no se forme una costra en la superficie de las salsas calientes una vez elaboradas si se depositan unos pellizcos de mantequilla sobre ella. Lo ideal es utilizar la mantequilla sin sal para que no modifique el sabor esperado en la salsa.

Más cremosas resultan las salsas hechas con nata. Hay distintos tipos de nata para cubrir cada necesidad, desde las más espesas hasta las más líquidas, con más o menos grasa. Las natas más densas son las más adecuadas para la elaboración de salsas, pues soportan la cocción sin cortarse. Con las natas más líquidas hay que procurar no superar los 80º C.

El yogur es uno de los productos lácteos que más si incluyen en las salsas frescas, para ensaladas, pasta… además de resultar más ligeras, aportan también una agradable cremosidad, además de un punto de acidez que va muy bien para combinar con algunos pescados u otros ingredientes. Naturalmente, el yogur es también muy utilizado en las salsas dulces para los postres.

Para hacer salsas que sean ligeras o bajas en calorías también se recurre muchas veces al queso fresco, que además se puede escoger entre el normal y el desnatado. Este queso no es muy sabroso, así que la gracia estará en un condimento de hierbas y especias adecuado.

Hablando de salsas de queso, hay muchísimas, tantas como tipos de queso y más. Salsas de queso roquefort, salsa de queso parmesano, de queso cheddar, manchego… de nuevo lo importante es que el queso sea de calidad y que se utilice en una proporción adecuada para no esconder otros sabores, pues hay quesos tan potentes, que en exceso pueden ensombrecer al ingrediente principal del plato y hay que tener en cuenta que los quesos tardan unos minutos en ofrecer a la salsa todo su sabor, así que lo mejor es ir probando y añadirlo moderadamente.

La leche y la leche evaporada (o concentrada) son también muy utilizadas en las salsas, para aligerar, la primera y para hacer una salsa cremosa con menos grasa y con más proteínas que con la nata, la segunda.

Deja una respuesta

Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS:

Responsable: Gastronomía & Cía
Finalidad: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios
Legitimación: Consentimiento del interesado
Destinatarios: No se comunicarán los datos a terceros, salvo por una obligación legal.
Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional.
Información adicional: Puede consultar la información detallada sobre la protección de datos aquí.