Peligros de la alimentación contenida en envases de cartón reciclado

Peligros de los envases reciclados

El año pasado hablábamos del riesgo de los envases alimentarios de cartón reciclado, destacábamos que contenían sustancias tóxicas como los elementos químicos de la tinta utilizada en la serigrafía o impresión, que podían afectar a la salud. Explicábamos el proceso de reciclado y destacábamos algunos de los elementos químicos que contenía la pasta resultante. Se determinaba que los alimentos de los envases reciclados contenían hasta 100 veces más aceites minerales (compuestos muy tóxicos) de lo permitido. Pues bien, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de dar a conocer una serie de conclusiones preliminares sobre los peligros de la alimentación contenida en envases de cartón reciclado.

Se ha realizado una exhaustiva investigación para determinar la ingesta diaria admisible de los hidrocarburos de aceites minerales presentes en los envases (en principio el límite estaba establecido en 0’6 mg por kilogramo de cartón). También se han intentado evaluar con más precisión los distintos elementos químicos y los riesgos que conllevan para la salud, fruto de las conclusiones y tras la correspondiente evaluación de la Comisión Europea, posiblemente se prepare una nueva normativa comunitaria que regule el cartón reciclado que entra en contacto con los alimentos.

De momento la EFSA ha confirmado que en aquellos envases de cartón reciclado que contienen alimentos y no existe una barrera o recubrimiento que los aísle, el riesgo de exposición a los aceites minerales es muy elevado, los alimentos absorben como esponjas estos elementos y cuanto más tiempo pasan en contacto con el cartón, mayor es el nivel de elementos químicos, y éstos pueden provocar todo tipo de problemas de salud, inflamación de órganos internos, riesgo de cáncer, etc. En los análisis realizados se determinó la presencia de miles de compuestos químicos con diferentes tamaños y estructuras, así mismo, la cantidad de componentes variaba en cada lote de envases. Se discriminaron dos categorías principales, los elementos aromáticos y los elementos saturados según la escala de Mohs, escala que determina la dureza de los minerales.

Los compuestos aromáticos se asocian al riesgo de cáncer, y los minerales se pueden acumular en diversos órganos causando diferentes daños. Este trabajo de investigación que ha llevado a cabo la EFSA ha sido gracias a los descubrimientos realizados por los investigadores suizos y alemanes, cuyos datos podéis consultar en el artículo del laboratorio de Seguridad Alimentaria de Suiza Kanton Zürich. En esta primera investigación se demostró que los elementos tóxicos que contenía el cartón de los envases alimentarios se transmitían a los alimentos a través de un proceso de lixiviación, es decir, los alimentos actúan como disolventes con algunos elementos químicos integrados en los envases y provoca la integración en el producto de consumo.

Se ha determinado que las principales fuentes de la integración de las sustancias tóxicas son el papel y el cartón reciclado, y según cifras del año pasado, más de la mitad del cartón que se utiliza en Europa se fabrica con material reciclado, por lo que el índice de contaminación por aceites minerales se consideraba muy elevado. El problema no existiría si se hubiera fabricado cartón a partir de pulpa virgen, pero evidentemente las empresas tienen en cuenta el coste de las materias primas para poder rentabilizar al máximo los productos y el material reciclado es más barato. Por otro lado, reciclar cartón y papel para volverlo a utilizar se considera beneficioso para el medio ambiente, otro buen argumento para utilizar estos materiales, pero no son aptos para utilizar en la alimentación por los riesgos indicados.

Envases reciclados

Son muchos los elementos químicos presentes en los materiales reciclados y provienen de distintas fuentes, aditivos habituales en la fabricación de plásticos, la tinta de impresión, materiales lubricantes que se emplean en los revestimientos interiores de algunos envases, etc. A todo esto hay que añadir la posible interacción con los aditivos que se hayan utilizado con los alimentos, éstos pueden incrementar el nivel de hidrocarburos saturados. Como ya indicábamos el año pasado, este tipo de envases son un problema y un peligro si no se adoptan las correspondientes medidas, recordemos que a raíz de los resultados ofrecidos por los investigadores suizos y alemanes, algunas empresas anunciaron que no utilizarían envases reciclados para sus productos, pero no basta con esto, es necesario legislar y establecer unos parámetros a los que deberán ceñirse todas las empresas del sector agroalimentario.

Las posibles soluciones que se barajan son, la citada separación por medio de otro envase que contenga los alimentos y que evite el contacto con el cartón, nuevos sistemas de reciclado que sean capaces de eliminar los restos de aceites minerales y sustancias tóxicas, evitar reciclar esos materiales que tienen un mayor índice de integración de sustancias tóxicas, etc. Haciendo un pequeño paréntesis, os recomendamos leer el post Preguntas sobre los productos químicos en los alimentos, son preguntas generales que describen la labor de la EFSA a la hora de evaluar los riesgos en diferentes materias, plaguicidas, aromas, contaminantes del medio ambiente, aditivos alimentarios, materiales que entran en contacto con la alimentación, etc.

La investigación de la EFSA concluye que se han encontrado niveles de sustancias tóxicas en diferentes alimentos, siendo detectado el mayor nivel en productos como los cereales y granos (que se suelen envasar en cajas de cartón), también se ha determinado que los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 10 años están más expuestos a los tóxicos dada su alimentación. Se hace necesario preparar una normativa y poner en marcha un laboratorio que se encargue de validar el material reciclado que se use para la alimentación, nuevos sistemas que sean capaces de discriminar con mayor exactitud los dos tipos de compuestos mencionados, los aromáticos y los saturados, nuevos programas o sistemas de monitorización que permitan determinar rápidamente la presencia de estos elementos, una vez colocados los envases en el mercado. También se habla de poner en marcha estudios más exhaustivos para conocer el alcance del daño que pueden provocar los tóxicos en el organismo, suponemos que para poder ajustar el límite de tolerancia.

De todos modos, y según leemos en el artículo de la EFSA, queda mucho por hacer y muchas preguntas por responder, no se han terminado de definir muchos parámetros y se requieren nuevas investigaciones, aún tardaremos en conocer nuevos datos al respecto. A través de este enlace podréis conocer más detalles sobre el dictamen científico sobre los hidrocarburos del aceite mineral en los alimentos.

Foto 1 | Monica Arellano

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