California no etiquetará los refrescos y bebidas azucaradas con advertencias para la salud

Al final, el Proyecto de Ley SB 1.000 se ha paralizado, California no etiquetará los refrescos y bebidas azucaradas con advertencias para la salud al no haber logrado alcanzar el número de votos necesarios para aprobar la nueva reglamentación, en la Asamblea Estatal de California .

SB 1.000

El pasado mes de febrero se presentaba en California (Estados Unidos) un Proyecto de Ley para etiquetar todos los refrescos y bebidas azucaradas que superaran las 75 calorías con mensajes de advertencia para la salud. Posteriormente, el Proyecto de Ley denominado SB 1.000, fue aprobado por el Senado de California y previsiblemente entraría en vigor a partir del 1 de julio de 2015, siempre y cuando la Asamblea Estatal de California diera el visto bueno. La American Beverage Association, en representación de las compañías Pepsi, Coca Cola y Dr. Pepper Snapple Group, se oponía a esta legislación y argumentaba que el sobrepeso y la obesidad son graves problemas, pero no se puede demonizar a los refrescos y hacerlos únicos responsables de ello, aseguraba que sólo el 4% de las calorías de la dieta de los estadounidenses procede de la ingesta de bebidas gaseosas.

Pues bien, California no etiquetará los refrescos y bebidas azucaradas con advertencias para la salud, el Proyecto de Ley se ha paralizado por la votación de la Asamblea Estatal de California. No se ha alcanzado el número de votos necesarios para aprobar la nueva legislación, se puede sospechar que la industria de las bebidas tiene algo que ver y ha logrado frenar esta nueva reglamentación.

La Asamblea Estatal de California escuchó a todas las partes implicadas, el Senador Bill Monning, principal promotor de la nueva reglamentación, a quienes están a favor de la medida como el CCPHA (Centro de California para la Defensa de la Salud Pública), la LCHC (Coalición Latina para una California Saludable) y la CBHN (Red de Salud de la California Negra), y la oposición formada por representantes de la industria de las bebidas. Uno de los asambleístas explicaba que aunque se trata de un Proyecto de Ley que se puede considerar un esfuerzo honorable por luchar contra el sobrepeso y la obesidad, es ineficaz, también argumentó que los fabricantes de bebidas crean puestos de trabajo, aunque hay que decir que no tiene mucho sentido este argumento.

La asambleísta Lorena González aseguraba que con esta medida no se abordan de forma adecuada problemas de salud como la diabetes, por lo que pide un enfoque holístico, es decir, realizar un análisis del problema en conjunto y no centrándose únicamente en los refrescos y bebidas, por lo que se deduce que está de acuerdo con los argumentos de la industria de las bebidas cuando explicaban que no se podía hacer responsable al sector por problemas como el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades que se derivan de ello. En la asamblea se ha concluido que el Proyecto de Ley crea tanta confusión como lo hace la información, ya hay demasiadas etiquetas informativas de advertencia, el Proyecto de Ley SB 1.000 no haría más que confundir sobre la percepción de las bebidas sin que se lograsen los objetivos deseados.

Otros miembros de la asamblea se han hecho eco de la preocupación de Lorena González, declaran que aunque la industria tiene una responsabilidad directa en términos de salud pública, no consideran que una etiqueta con mensajes como “un refresco azucarado aumenta el riesgo de sufrir diabetes” o “abusar de este producto favorece el sobrepeso y la obesidad”, pueda cambiar los hábitos de consumo de la población. Precisamente lo más complicado es cambiar el comportamiento de los consumidores, pero algunas asociaciones a favor de la nueva legislación consideran que para cambiar los hábitos de consumo es necesario utilizar este tipo de etiquetas de advertencia y empezar a educar a los consumidores sobre su importancia.

Como era de esperar y según leemos aquí, salió a relucir el tema de los impuestos en las bebidas azucaradas, algo de lo que se ha estado hablando desde hace años, otros asambleístas cuestionaban las etiquetas pero manifestaban que estarían a favor de imponer una medida como los impuestos en los refrescos. Total, no importa lo que se haya hablado, el debate ha sido infructuoso y el Proyecto de Ley SB 1.000 no ha logrado obtener el número de votos necesarios para la aprobación, por tanto, se puede decir que California no etiquetará los refrescos con mensajes de advertencia para la salud, un nuevo triunfo para la industria de las bebidas azucaradas.

Foto | Shardayyy

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