La paloma salvaje formaba parte de la dieta de los neandertales ibéricos

Hasta la fecha se consideraba que la explotación de un recurso alimentario, como son las aves, era algo característico de los seres humanos modernos, sin embargo, nuevas investigaciones muestran que los neandertales podían haber cazado palomas salvajes, formando parte de la dieta habitual de nuestros antepasados. Así se concluye en el trabajo desarrollado por arqueólogos del IPHES (Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social) y expertos del Gibraltar Museum.

En el análisis de los huesos fósiles de palomas salvajes de la especie Columba livia que se encontraron en la cueva de Gorham del Peñón de Gibraltar, con una antigüedad de entre 67.000 y 28.000 años (rango de tiempo que coincide con la ocupación de esta cueva por los neandertales y posteriormente por los Homo sapiens), se ha podido constatar que algunos de estos huesos tenían marcas de cortes y signos de cremación, lo que indica que las aves fueron descuartizadas y cocinadas. Los expertos explican que la cantidad de huesos hallados con marcas de cortes ha sido pequeña, pero la explicación es que la manipulación de este tipo de animales para la alimentación era mínima y se podían comer directamente con las manos.

Otro descubrimiento que delata que la paloma salvaje formaba parte de la dieta de los neandertales ibéricos son las marcas de dientes humanos halladas en algunos de estos huesos, evidencia del consumo del antepasado de la paloma doméstica actual. Con los datos obtenidos se concluye que durante un periodo aproximado de 40.000 años, las palomas de roca formaban parte de la dieta de los neandertales, no siendo una explotación casual o esporádica de este recurso alimentario. Esta investigación ha dado lugar a esta nueva teoría que ayuda a comprender y conocer un poco más la variada dieta de los neandertales ibéricos, recordemos que en el año 2011, investigadores del CSIC descubrieron en los restos arqueológicos hallados en Cueva Bajondillo (Torremolinos, Málaga), que los neandertales se alimentaban con marisco hace más de 150.000 años.

Otra investigación que merece la pena recordar y que también fue realizada por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, es la que se hizo en dos yacimientos arqueológicos situados en el peñón de Gibraltar. Gracias a los restos fósiles se pudo constatar que los neandertales incluían el pescado en su dieta. También debemos recordar la investigación desarrollada por expertos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos) y de la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), en la que se encontraba la primera evidencia directa sobre el consumo de vegetales en los neandertales, lo que daba lugar a deducir que disfrutaban de una dieta omnívora.

Poco a poco los resultados de las investigaciones que se han ido realizando han ayudado a demostrar que la dieta era mucho más variada de lo que se pensaba. La dieta de los neandertales se basaba principalmente en la carne, consumían de forma regular frutas, tubérculos, nueces, pescado, marisco, aves, etc., pero se considera que el mayor o menor consumo de los alimentos indicados dependía de las estaciones y del clima.

Esta nueva investigación da lugar a una nueva teoría sobre la obtención de alimentos por los neandertales, se creía que sólo los humanos modernos (Homo sapiens) tenían la capacidad de cazar presas difíciles, por lo que se suponía que los neandertales no contaban con las habilidades necesarias para cazar aves, alimento que estaría fuera de su alcance por ser una presa difícil, pero los hallazgos cambian esta percepción, una explotación intensa y regular de aves sugiere que las palomas eran un recurso más y por tanto, los neandertales contaban con ciertas habilidades para capturarlas, similares a las que tenían los humanos modernos a la hora de obtener alimentos.

Los expertos analizaron 1.724 huesos de palomas correspondientes al intervalo de tiempo antes destacado, periodo en el que la cueva fue habitada por neandertales y posteriormente por el Homo sapiens. Para los investigadores los resultados demuestran de forma inequívoca que el consumo de palomas era habitual y no fue un comportamiento casual o aislado. Podéis conocer todos los detalles de esta investigación a través del artículo publicado en la revista científica Nature.

Foto | Alejandro Bayer

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