Pescado y marisco contaminado con partículas de plástico

Greenpeace ha elaborado un informe titulado “Plásticos en el pescado y el marisco”, en el que se realiza una revisión de la información existente sobre la presencia de microplásticos en el organismo de las especies marinas con las que el hombre se alimenta. También se realiza una exposición sobre la situación de la contaminación de los mares por este material, y se pide más investigación sobre el tema para saber si consumir pescado y marisco contaminado con partículas de plástico puede tener efectos negativos para la salud humana.

Plásticos en el pescado y el marisco

A finales del año pasado nos hacíamos eco de un estudio en el que se concluía que la sal marina comercializada en China está contaminada con partículas de plástico. Este hecho motivó a pensar que posiblemente se esté comercializado en todo el mundo sal marina contaminada con partículas de tereftalato de polietileno (PET), polietileno, celofán y otros materiales plásticos. Hoy conocemos un informe elaborado por Greenpeace titulado “Plásticos en el pescado y el marisco”, que recoge la literatura científica y los informes técnicos más recientes sobre la presencia y contaminación del medio marino con microplásticos. El informe se centra sobre todo en el pescado y marisco contaminado con partículas de plástico, así como los posibles efectos para la salud humana por su consumo.

En el informe se apunta que no se conoce exactamente la cantidad de residuos plásticos presentes en los mares, pero un modelo teórico cuantitativo determina que la cifra puede rondar los 5’25 millones de fragmentos plásticos, lo que supone que en los mares están flotando más de 268.000 toneladas de residuos plásticos. Esta cifra no incluye el plástico que podría alojarse en el fondo de los mares, por lo que podría ser mucho mayor. Lo cierto es que se han realizado varios estudios y cada uno arroja cifras diferentes, pero en todos existe un denominador común, la cantidad de plástico presente en los mares es muy elevada.

Este material no se degrada con facilidad, además no tiene problemas para poder dispersarse, así que se puede encontrar en cualquier lugar. Desde hace décadas se advierte sobre los efectos de estos residuos en el ecosistema marino, pero ahora el foco de atención se centra en los microplásticos, partículas cuyo tamaño es inferior a cinco milímetros de diámetro y con distintas formas, dependiendo del tipo de material. Merece la pena recordar que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) anunció el pasado mes de junio la puesta en marcha de una evaluación de los riesgos potenciales que pueden tener los microplásticos y nanoplásticos en los alimentos marinos para los consumidores, especialmente en crustáceos y moluscos bivalvos, ya que son alimentos que se consumen con su tracto digestivo y en él pueden estar presentes estás partículas de microplástico. En el caso de otros alimentos marinos el riesgo es menor, ya que intestinos y estómago se suelen retirar.

Según la EFSA, existe poca literatura científica sobre cómo llegan estos materiales a los alimentos marinos, el grado de toxicidad que pueden tener y sus efectos en los seres humanos, de todo ello hablábamos aquí. Esto demuestra que ciertamente, diferentes agencias y otros organismos han centrado su atención en los microplásticos. Greenpeace explica en su informe que muchos artículos de plástico se crean para un sólo uso, lo que provoca que se generen cantidades muy elevadas de residuos, una parte termina en las plantas de reciclado, en los vertederos o son incinerados, pero otra parte termina irremediablemente en los mares a través de los sistemas de drenaje de aguas de las zonas urbanas, por el agua que fluye en la superficie y arrastra los materiales, a través de un proceso de lixiviado, por vertidos accidentales y muchos otros canales de acceso.

Los microplásticos pueden terminar siendo ingeridos por la fauna marina, además pueden liberar contaminantes tóxicos que se han “pegado” a ellos, pueden filtrar sustancias químicas presentes en su composición al organismo de los peces y mariscos con los que se abastece la humanidad, etc. En el informe de Greenpeace se recogen varios estudios científicos en los que se ha determinado el porcentaje de microplásticos presente en las especies comerciales, un ejemplo es un estudio portugués realizado el año pasado en el que analizaron 263 pescados de 26 especies comerciales, y se encontró que un 19’8% del pescado contenía microplásticos. En otros estudios de campo se ha concluido que el 36,5% del pescado capturado en el Canal de la Mancha por arrastre, estaba contaminado con polímeros sintéticos.

Alimentos marinos contaminados con partículas de plástico

Hay muchos estudios que muestran que el pescado y el marisco contienen estas partículas de plástico que pueden ser primarias o secundarias, las primarias proceden de materiales plásticos que se han fabricado originalmente para que sean de un tamaño de entre 0,1 y 5.000 micras. Las secundarias son resultantes de la fragmentación del plástico y se denominan nanoplásticos, elementos que pueden tener su origen en los materiales de ingeniería con un tamaño que varía entre 0,001 y 0,1 micras.

Es inevitable que estos materiales accedan a la cadena trófica y terminen acumulándose en el organismo de diferentes especies que a su vez sirven de alimento al ser humano. ¿Qué consecuencias tiene el consumo de microplásticos en los seres humanos? Greenpeace comenta que la cantidad de este material que llega al ser humano varía significativamente entre individuos, lo que complica poder cuantificar la exposición. Por otro lado, es complicado evaluar el riesgo que suponen estos microplásticos para la salud humana, ya que apenas hay datos y conocimientos científicos, algo que ya comentaba la EFSA cuando anunció llevar a cabo una evaluación de los riesgos potenciales que pueden tener los microplásticos y nanoplásticos de los alimentos marinos para los consumidores.

Según un informe del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), estos materiales presentes en el pescado y el marisco no suponen un riesgo para la salud humana, pero también se explica que existe un gran desconocimiento del tema, por lo que no comprendemos cómo se puede aseverar que no existe riesgo para la salud. Parece evidente que antes de emitir un juicio se ha de investigar en profundidad sobre el tema.

Greenpeace propone una serie de recomendaciones para las próximas investigaciones que se realicen sobre el tema:

1. Se debe establecer qué efectos físicos tienen los microplásticos en el intestino y los tejidos de los peces y mariscos marinos. Antes de realizar cualquier ensayo se debe examinar detenidamente qué métodos emplear para detectar y analizar los microplásticos para así poder, entre otras cosas, realizar comparativas con otros estudios.

2. Es necesario entender hasta qué punto se bioacumulan los contaminantes tóxicos de los plásticos en los tejidos del pescado y marisco, especialmente en aquellos organismos que consumen los humanos.

3. Se debe investigar más sobre la correlación entre la edad y la acumulación de plásticos en especies de pescado o marisco determinadas.

4. Es necesario identificar a qué nivel se bioacumulan los compuestos orgánicos persistentes y otras sustancias químicas tóxicas en los organismos que han ingerido microplásticos, y qué posibilidad tienen los compuestos orgánicos persistentes de transferirse a través de la cadena trófica.

5. Es necesario entender qué efecto subletal tiene en los peces o el marisco una toxina asociada a un plástico común o la ingesta de una cantidad subletal de microplásticos.

6. Se deben estandarizar los protocolos para identificar con precisión los microplásticos y sustancias químicas asociadas que se encuentran en los mariscos, el intestino y tejidos de los peces así como en el medio marino. La estandarización servirá para calcular los niveles de contaminación y exposición así como para elaborar la evaluación de riesgos.

7. Los datos de campo deben evaluar la cantidad de microplásticos en el océano, incluyendo las fuentes, el movimiento con las corrientes y la velocidad de hundimiento. Asimismo se debe determinar a qué ritmo se descomponen los distintos plásticos y cómo se distribuyen los plásticos de distintos tamaños una vez entran en el medio marino.

8. Es necesario saber hasta qué punto pueden los microplásticos atravesar las membranas y las paredes celulares de los peces, mariscos y demás organismos incluyendo los humanos. Y si pueden los microplásticos aumentar la carga de estrés de los peces, mariscos y otros organismos.

9. Es necesario averiguar si los organismos marinos ingieren los microplásticos deliberadamente o de forma accidental.

Os recomendamos leer el informe (Pdf) Plásticos en el pescado y el marisco de Greenpeace para conocer más detalles sobre el tema.

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