Las alcachofas están en su mejor momento, así que en esta época estamos consumiéndolas al menos un par de veces a la semana. Normalmente una de ellas es haciendo las alcachofas al horno, tan sencillas como exquisitas, ¿quién puede resistirse a ellas? Pero también hacemos muchos otros platos, tanto tradicionales como nuevas recetas, véase como ejemplo ese plato de Alcachofas con garbanzos y cecina ahumada que podéis ver ilustrando estas líneas, una delicia de guiso ligero de alcachofas con vino manzanilla y caldo, que acompañamos con unos garbanzos cremosos y terminamos con el potente sabor de la cecina, aunque quien lleve una dieta vegetariana o vegana, puede omitir este ingrediente que se incorpora al final.
Así que todos podéis hacer esta receta para disfrutar de un sabrosísimo producto de temporada, os explicamos la elaboración paso a paso a continuación y no dudéis en hacer adaptaciones y variantes como la que os indicamos sobre el caldo, nosotros utilizamos uno de boletus que también es muy potente en sabor, pero podéis utilizar el caldo que más os guste o que tengáis listo para consumir, incluso podéis hacer este guiso de alcachofas con agua, como en esta receta. Y la cecina la podéis sustituir por jamón, o hacer un cambio mayor y añadir unas almendras tostadas y picadas que aportarán un toque crujiente exquisito.
Ingredientes (4 comensales)
- 6-8 alcachofas
- 2 dientes de ajo
- 3 c/s de aceite de oliva virgen extra
- c/n de sal
- c/n de pimienta negra recién molida
- 125 ml de vino manzanilla
- 250 ml de caldo de boletus
- 2 c/s de nuestro sazonador para huevos (ver receta)
- 250-300 gramos de garbanzos cocidos
- 100 gramos de cecina ahumada.
Elaboración
Retira las hojas exteriores de la alcachofa, hasta llegar a las hojas tiernas, entonces corta la punta que sigue siendo dura y pela el tallo, cortando también su extremo. Tornea las alcachofas por la parte por la que se han arrancado las hojas para que queden más pulidas y bonitas, y córtalas en cuartos longitudinalmente, será más fácil si se empieza por el tallo para que quede bien recto.
Si la alcachofa tiene pelusilla en el corazón, retírala con una puntilla. A medida que vas limpiando las alcachofas, déjalas en el bol que habrás preparado con abundante agua y limón o ramitas de perejil, ambos ingredientes evitarán que las alcachofas se oxiden y se pongan negras.
Pon a calentar una cazuela a fuego suave con el aceite de oliva virgen extra y añade los dos dientes de ajo previamente pelados y picados finos para dorarlos. Cuando empiecen a tomar color incorpora las alcachofas bien escurridas, salpimenta al gusto y saltea unos minutos, hasta que las alcachofas también empiecen a tomar color.
Entonces, moja con el vino y deja evaporar, seguidamente cubre las alcachofas con el caldo de boletus (puedes utilizar el caldo que prefieras, de verduras, de jamón…) y lleva a ebullición con la cazuela tapada. Cuando rompa a hervir, baja el fuego a temperatura media, destapa y cocina durante unos 15 minutos o hasta que las alcachofas estén tiernas.
Cuando falten cinco minutos de cocción, incorpora los garbanzos cocidos bien escurridos y nuestro sazonador, que lleva ajo, cebolla, pimentón…), y prosigue la cocción hasta finalizar el tiempo indicado, aunque es aproximado.
Acabado y presentación
Puedes servir los platos con las alcachofas y los garbanzos mezclados, o con ayuda de unas pinzas, ir sirviendo primero las alcachofas de forma ordenada, y después los garbanzos. Recupera todo el jugo que haya quedado de la cocción y termina repartiendo la cecina picada fina, y opcionalmente, con un hilo de aceite de oliva virgen extra en crudo. ¡Buen provecho!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria